En la primera visita se realiza una historia clínica completa, y una exploración física donde se valora la morfología del paciente (general, y abdomen y flancos en particular), así como aspectos concretos como asimetrías, la presencia de diástasis (separación) de los rectos abdominales y de cicatrices de intervenciones previas.
La visita se completa con una serie de fotografías estandarizadas.
Antes de la intervención se realizan unas pruebas preoperatorias generales (analítica general, electrocardiograma y radiografía de tórax).
Habitualmente se inicia la intervención realizando una liposucción de flancos para estrechar la cintura, y posteriormente una liposucción abdominal.
A continuación se reseca el faldón, de tal forma que la cicatriz final sea suprapúbica, es decir, tan baja como sea posible para poder ocultarla con la ropa interior o el bikini. La incisión superior suele localizarse por encima del ombligo, que se aísla previamente para mantenerlo en su posición original.
Tras eliminar el faldón sobrante, se realiza un despegamiento hasta nivel del esternón para poder tensar la piel de forma uniforme, y se suturan los músculos rectos del abdomen (plicatura de rectos).
La intervención se realiza bajo anestesia general y tiene una duración de tres horas aproximadamente.
La paciente despierta con 2-3 drenajes que salen por el pubis y un vendaje que llevará durante las 24 o 48 horas de ingreso hospitalario.
Antes del alta se retiran los drenajes y el vendaje se coloca una faja abdominal que se deberá llevar durante un mes.
Las recomendaciones específicas al alta son realizar reposo relativo y evitar los pliegues en la faja abdominal.
Inicialmente puede existir cierta inflamación en la zona intervenida y algunos hematomas superficiales, pero el dolor se controla con una pauta de tratamiento analgésico y antiinflamatorio.
Los puntos se retiran en Consulta a los 7-10 días. En general, las pacientes pueden reincorporarse al trabajo a los 15 días.